Para hacer una donación segura en línea, haga clic en el siguiente botón
A medida que 2024 se acerca a su fin y nos preparamos para el año venidero, es un momento adecuado para hacer una pausa y reflexionar sobre nuestros retos y logros. El año pasado fue especialmente duro para quienes trabajamos en la prevención de conflictos y la defensa de los derechos humanos. Las guerras en curso en Myanmar, Ucrania, Oriente Medio y Sudán siguieron devastando poblaciones. El Armed Conflict Location and Event Data Project calcula que se han perdido aproximadamente 150.000 vidas en diversos conflictos violentos. Este sufrimiento humano se ha visto agravado por el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, que han contribuido a elevar el número de desplazados forzosos en todo el mundo a la asombrosa cifra de 120 millones. Entre ellos, los niños, las mujeres y los ancianos son especialmente vulnerables a las violaciones de sus derechos, sobre todo si pertenecen a minorías identitarias.
También la democracia sufrió importantes retrocesos en 2024. Los expertos señalan que la tendencia mundial de retroceso democrático, que comenzó en 2008, no ha hecho más que empeorar. Según los datos de V-Dem 2024, el 71% de la población mundial vive bajo regímenes autocráticos. De los 91 países clasificados como democráticos, sólo 32 son democracias liberales, lo que supone un fuerte retroceso frente a los 43 países de hace sólo 15 años.
Mientras tanto, los movimientos populistas excluyentes han ganado fuerza y confianza en países de todo el mundo, socavando las democracias, desestabilizando Estados frágiles y poniendo en peligro los derechos humanos, en particular de las minorías y los grupos vulnerables. La situación se ha visto exacerbada por el aumento del consumo en línea de teorías conspirativas, desinformación y discursos de odio. El aumento de la desigualdad y la precariedad del mercado laboral han hecho que muchos teman por su futuro, lo que les hace más susceptibles a los líderes populistas que explotan los llamamientos emocionales. Estos líderes suelen ofrecer soluciones simplistas y culpan a grupos específicos de los problemas sociales, lo que agrava las divisiones y pone en peligro los valores democráticos y los derechos humanos.
En este difícil panorama mundial, la educación -un derecho humano fundamental- sigue siendo una fuente de esperanza. La educación, una poderosa herramienta que capacita a las personas para comprender, articular y defender sus derechos, también puede fomentar la inclusión económica, política, social y cultural en sus comunidades y en el mundo en general. En el Programa Warren de Políticas Educativas de Instituto Auschwitzcreemos firmemente en este poder y consideramos que la educación es una de las formas más eficaces de inspirar a las personas para que imaginen y creen un futuro mejor. Una mirada retrospectiva a nuestro trabajo del año pasado refuerza esta creencia, al tiempo que nos recuerda que el cambio es posible, por muy empinados que sean los retos.
Comenzamos el año con el lanzamiento en enero de un nuevo proyecto sobre Educación para la democracia en Bosnia y Herzegovina. En colaboración con el Centro para la Consolidación de la Paz (CIM) y con el apoyo de la Fundación Sueca del Código Postal, esta iniciativa piloto de dos años de duración tiene como objetivo implicar a las partes interesadas locales en el desarrollo, la aplicación y la evaluación de un programa educativo para jóvenes. Tras las consultas celebradas en primavera y un proceso de síntesis en otoño, creamos nuevos materiales educativos que se pondrán a prueba en las aulas en 2025. El proyecto pronto cobrará vida con una semana de formación para unos 30 profesores de Sanski Most, en el cantón de Una-Sana de la Federación.
También hemos avanzado mucho en Brasil al transferir el contenido de nuestro curso de formación de profesores del proyecto Ciudadanía y Democracia en la Escuela a AVAMECH, la plataforma de formación continua del Ministerio de Educación brasileño. Esta plataforma tiene el potencial de llegar a millones de profesores en todo el país. Este hito fue posible gracias a un memorando de entendimiento firmado en febrero de 2024 con la Secretaría de Educación Continua, Alfabetización, Diversidad e Inclusión (SECADI). Para ampliar aún más el alcance del proyecto, y en colaboración con el Instituto Unibanco, finalizamos una versión adaptada de nuestro curso de formación de profesores para administradores escolares. Este curso se está probando actualmente en dos estados brasileños, Rio Grande do Norte y Paraíba, y se publicará una evaluación exhaustiva en 2025.
Otro acontecimiento destacado de Brasil fue la Reunión de Líderes Educativos Estatales para la Educación de la Ciudadanía Democrática. Organizamos el programa en colaboración con el Instituto Unibanco y con el apoyo del Fondo Nacional para la Democracia. Este acontecimiento histórico reunió a representantes de 23 secretarías de educación estatales (de un total de 27), una secretaría de educación municipal, el Ministerio de Educación (MEC), el Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía (MDHC), la Fiscalía Federal de Derechos del Ciudadano (PFDC-MPF) y varias organizaciones de la sociedad civil. Juntos, los participantes compartieron retos y buenas prácticas, fomentando la colaboración y el diálogo.
El mes de septiembre tiene un significado especial para nuestro programa, ya que marca el cumpleaños de la difunta Naomi Kaplan Warren,superviviente del Holocausto a cuya memoria se debe el nombre de nuestro programa. Para honrar su legado, colaboramos con los hijos de Naomi en la organización de un acto muy significativo en el Museo de Bellas Artes de Houston (MFAH). Esta celebración conmemoró la vida de Naomi y su inquebrantable compromiso con la educación como motor de un cambio global positivo. También fue una oportunidad para conectar con la comunidad de Naomi y conocer mejor el profundo impacto que tuvo en innumerables vidas.
En resumen, 2024 ha sido un año extraordinario para nuestro programa. Hemos formado a unos 1.500 profesores y hemos llegado a unos 45.000 alumnos, con lo que nuestro total acumulado asciende a casi 6.000 educadores y más de 180.000 alumnos en países como El Salvador, Brasil, Paraguay y Bosnia y Herzegovina.
Laimportancia de las personas que se han unido a nosotros para hacer posible esta labor, cada una a su manera, sigue siendo una poderosa fuente de aliento. De cara a 2025, estamos decididos a redoblar nuestros esfuerzos y ampliar el alcance de la educación como herramienta transformadora para profesores, educadores y alumnos de todo el mundo. La supervivencia de la democracia y la protección de los derechos humanos se encuentran en una coyuntura crítica, y creemos firmemente que la educación es clave para alimentar estos valores y construir un mundo más pacífico y libre de atrocidades masivas.
A medida que 2024 llega a su fin, es momento de reflexionar sobre el camino recorrido, los desafíos enfrentados y las metas que aún nos esperan. Este año ha sido particularmente complejo para la defensa de los derechos humanos y la prevención de atrocidades masivas. Las guerras en Oriente Medio, Myanmar, Ucrania y Sudán han seguido cobrando un coste devastador sobre la población civil. Según el Proyecto de Datos sobre Localización y Sucesos de Conflictos Armadoscerca de 150.000 personas perdieron la vida este año en diversos conflictos violentos. Este sufrimiento humano se ha visto agravado por el impacto de fenómenos meteorológicos extremos, que elevaron el número de personas desplazadas en todo el mundo a la inédita cifra de 120 millones. Entre estas personas desplazadas, las niñas, las mujeres y los ancianos, especialmente aquellos pertenecientes a grupos minoritarios, enfrentan riesgos aún mayores de sufrir violaciones de derechos humanos.
2024 también ha representado un año difícil para la democracia. Expertos/as destacan que la tendencia global hacia el retroceso democrático, iniciada en 2008, se ha intensificado. Según datos del V-Demun 71% de la población mundial vive bajo regímenes autocráticos. De los 91 países clasificados como democráticos, solo 32 son considerados democracias liberales, frente a los 43 de hace apenas 15 años.
Sin embargo, en medio de este complejo panorama, la educación sigue siendo una fuente de esperanza. La educación, como derecho humano esencial, tiene el poder de transformar vidas. Es una herramienta clave para que las personas comprendan, defiendan y promuevan sus derechos, al tiempo que fomenta la inclusión económica, social, cultural y política en sus comunidades y más allá.
En el Programa Warren de Políticas Educativas del Instituto Auschwitz, creemos firmemente en el poder de la educación como motor de cambio. A lo largo de este año, nuestro trabajo ha reforzado esta convicción: por difíciles que parezcan los desafíos, el cambio es posible.
En enero, lanzamos un proyecto piloto de dos años, Educación para la Democracia en Bosnia y Herzegovina en colaboración con el Centro para la Construcción de Paz (CIM) y con el apoyo de la Fundación Sueca del Código Postal. El objetivo: diseñar e implementar un programa educativo para jóvenes, en estrecha colaboración con actores locales. Tras meses de consulta y validación, en noviembre desarrollamos materiales educativos que serán probados en aulas durante 2025. El proyecto arrancará con una formación intensiva para 30 docentes en Sanski Most, en enero próximo.
En Brasil, logramos un importante avance al incorporar nuestro curso de formación docente Ciudadanía y Democracia en la Escuela a AVAMEC, la plataforma de educación en línea del Ministerio de Educación (MEC) de Brasil, con el potencial de llegar a millones de profesores/as. Esto fue posible gracias a la firma de un Memorando de Entendimiento con el MEC en el mes de febrero. Además, junto al Instituto Unibanco, desarrollamos una nueva versión del curso dirigida a gestores/as escolares, actualmente en fase piloto en Rio Grande do Norte y Paraíba, y cuya evaluación publicaremos en 2025.
Antes de finalizar el año, en noviembre, también organizamos, en colaboración con el Instituto Unibanco, la Reunión de Líderes Estatales para la Educación en Ciudadanía Democrática, con la participación de representantes de 23 secretarías de educación estatales (de las 27 que hay en el país), el Ministerio de Educación, el Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía, la Procuraduría Federal de Derechos del Ciudadano del Ministerio Público Federal y diversas organizaciones de la sociedad civil. Este encuentro fomentó el diálogo entre gestores/as y el intercambio de desafíos y ejemplos de buenas prácticas.
Septiembre tiene un significado especial para nuestro programa, ya que marca el aniversario de Naomi Kaplan Warren, una superviviente del Holocausto y fuente inagotable de inspiración en nuestro trabajo. Para conmemorar su memoria, en colaboración con sus hijos, organizamos un evento profundamente significativo en el Museum of Fine Arts Houston (MFAH) que recordó su inquebrantable compromiso con la educación como motor de cambio positivo en el mundo.
Resumiendo, 2024 ha sido un año importante para nuestro programa. En total, formamos a aproximadamente 1.500 nuevos/as docentes, que trabajan con más de 45.000 estudiantes, elevando nuestro impacto acumulado a casi 6.000 educadores/as y más de 180.000 jóvenes en países como El Salvador, Brasil, Paraguay y Bosnia y Herzegovina.
Este impacto no sería posible sin el apoyo y la colaboración de cada persona que se une a nuestra misión. Su compromiso sigue siendo una fuente inagotable de motivación y energía para nosotras.
Mirando hacia 2025, reafirmamos nuestra determinación de ampliar el alcance de la educación como herramienta transformadora. En un momento crítico para la democracia y los derechos humanos, creemos firmemente que la educación es clave para construir un futuro más justo, pacífico y libre de atrocidades masivas para todas las personas.
A medida que 2024 llega a su fin y nos preparamos para el próximo año, es un momento propicio para hacer una pausa y reflexionar sobre nuestros desafíos y conquistas. Este año ha sido especialmente duro para quienes trabajan en la prevención de conflictos y en la defensa de los derechos humanos. Las guerras de Mianmar, Ucrania, Oriente Medio y Sudán siguieron devastando poblaciones. El Proyecto de Datos de Localización y Eventos de Conflictos Armados estima que aproximadamente 150.000 vidas se perdieron en diversos conflictos violentos. Este sufrimiento humano se vio agravado por el aumento de los fenómenos climáticos extremos, que contribuyeron a elevar el número de personas desplazadas por la fuerza en el mundo a unos impresionantes 120 millones. Entre ellos, los niños, las mujeres y los niños son especialmente vulnerables a las violaciones de sus derechos, sobre todo si pertenecen a grupos minoritarios basados en la identidad.
La democracia también se enfrentó a retrocesos significativos en 2024. Los especialistas observan que la tendencia global de retroceso democrático, iniciada en 2008, no ha hecho más que empeorar. Según los datos del V-Dem de 2024, el 71% de la población mundial vive bajo regímenes autocráticos. Entre los 91 países clasificados como democráticos, sólo 32 se califican como democracias liberales, una cifra muy superior a la de los 43 países de hace 15 años.
Mientras tanto, movimientos populistas excluyentes ganaron fuerza y confianza en varios países, minando democracias, desestabilizando estados frágiles y poniendo en riesgo los derechos humanos, especialmente de grupos minoritarios y vulnerables. La situación se agravó por el aumento del consumo en línea de teorías de conspiración, desinformación y discurso de odio. La creciente desigualdad y la precariedad del mercado laboral han hecho que muchos se sientan inseguros con respecto al futuro, convirtiendo a los líderes populistas que exploran los apelos emocionales en los más susceptibles. Estos líderes a menudo ofrecen soluciones simplistas mientras culpan a grupos específicos de los desafíos sociales, acentuando las divisiones y poniendo en entredicho los valores democráticos y los derechos humanos.
En medio de este desafiante panorama mundial, la educación -un derecho humano fundamental- puede ser una fuente de esperanza. La educación, una poderosa herramienta para capacitar a las personas para que comprendan, articulen y defiendan sus derechos, también puede promover la inclusión económica, política, social y cultural en sus comunidades y en el mundo.
En el Programa de Políticas Educativas Warren del Instituto Auschwitz, acreditamos firmemente este poder y vemos la educación como una de las formas más eficaces de inspirar a las personas a imaginar y crear un futuro mejor. Cuando hacemos una retrospectiva de nuestro trabajo de este año, percibimos un refuerzo en esa cima, al mismo tiempo que nos damos cuenta de que, por más largos que sean los caminos, el cambio siempre es posible.
Iniciamos el año con el lanzamiento, en enero, de un nuevo proyecto sobre Educación para la Democracia en Bosnia y Herzegovina. En colaboración con el Centro para la Construcción de la Paz (CIM) y con el apoyo de la Fundación Sueca de Código Postal, esta iniciativa piloto de dos años de duración pretende involucrar a los responsables locales en el desarrollo, la implementación y la evaluación de un programa educativo para jóvenes. Tras las consultas de la primavera y un proceso de validación del mismo en el exterior, crearemos materiales educativos que se aplicarán en las aulas en 2025. El proyecto cobrará vida en breve con una formación de una semana para cerca de 30 profesores/as de Sanski Most, en el Cantón de Una-Sana de la Federación.
En Brasil, también hemos avanzado significativamente en la transferencia del contenido de nuestro curso de formación de profesores/as del proyecto Ciudadanía y democracia desde la escuela a AVAMEC, la plataforma de formación continua del Ministerio de Educación de Brasil. Esta plataforma tiene el potencial de alcanzar millones de profesores/as en todo el país. Este marco fue posible gracias a un memorando de entendimiento firmado en febrero de 2024 con la Secretaría de Educación Continua, Alfabetización, Diversidad e Inclusión (SECADI). Para ampliar aún más el alcance del proyecto, en colaboración con el Instituto Unibanco, hemos finalizado una versión específica de nuestro curso de formación de profesores/as para gestores/as escolares. Este curso se está poniendo a prueba en dos estados brasileños, Rio Grande do Norte y Paraíba, con una evaluación que se publicará en 2025.
Otro acontecimiento en Brasil fue el Encuentro de Líderes Estatales de Educación para la Ciudadanía Democrática, celebrado en noviembre. El programa se promovió en colaboración con el Instituto Unibanco y con el apoyo de la Fundación Nacional para la Democracia. El histórico evento reunió a representantes de 23 secretarías de educación estatales (de un total de 27), una secretaría de educación municipal, el Ministerio de Educación (MEC), el Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía (MDHC), la Procuraduría Federal de los Derechos de la Ciudadanía (PFDC-MPF) y varias organizaciones de la sociedad civil. Juntos, los participantes compartieron desafíos y mejores prácticas, promoviendo la colaboración y el diálogo.
Septiembre tiene un significado especial para el WEPP, ya que marca el aniversario de la fallecida Naomi Kaplan Warren, una superviviente del Holocausto que es fuente inagotable de inspiración y da nombre a nuestro programa. Para homenajear su legado, colaboramos con los hijos de Naomi en la realización de un evento profundamente significativo en el Museo de Bellas Artes de Houston (MFAH). Esta celebración conmemoró la vida de Naomi y su compromiso inquebrantable con la educación como motor de un cambio positivo global. También fue una oportunidad para conectarse con la comunidad de Naomi, adquiriendo conocimientos más profundos sobre el impacto que tuvo en muchas vidas.
El año 2024 fue, por tanto, un año notable para nuestro programa. Contamos con aproximadamente 1.500 profesores/as y alcanzamos cerca de 45.000 estudiantes, elevando nuestro total de profesionales alcanzados/as a 6.000 educadores/as y más de 180.000 estudiantes en El Salvador, Brasil, Paraguay y Bosnia y Herzegovina.
Este impacto no sería posible sin el apoyo y la colaboración singular de cada una de las personas que se unieron a nuestra misión. Sus compromisos siguen siendo una fuente inestimable de motivación para nosotros.
De cara a 2025, reafirmamos nuestra determinación de ampliar el alcance de la educación como herramienta transformadora. En un momento crítico para la democracia y los derechos humanos, creemos firmemente que la educación es clave para construir un futuro más justo, pacífico y libre de atrocidades para todas las personas.