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Protagonistas en la prevención

Jaime Alejandro Godoy Téllez

Jaime Alejandro Godoy Tellez is the head of the United Nations System Department in the Human Rights Division of the Chilean Ministry of Foreign Affairs and an alumnus of the 2015 edition of the Latin American Raphael Lemkin Seminar.

Jaime Alejandro Godoy Tellez es Jefe del Departamento del Sistema Universal en la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y es ex alumno de la edición 2015 del Seminario Raphael Lemkin para la Red Latinoamericana.

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Entrevista

¿Qué le ha inspirado para trabajar en el campo de la prevención de genocidios y atrocidades masivas?

Desde 2012 me desempeño como Jefe del Departamento del Sistema de Naciones Unidas en la División de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Sin embargo, mi motivación con respecto a los derechos humanos ha sido una fuerza que me ha guiado a lo largo de toda mi vida. Nací y crecí bajo la dictadura cívico-militar que sacudió los cimientos de mi país. Mi familia, como muchas otras, sufrió los efectos de la opresión y el capricho del gobierno. Sin embargo, la educación que recibí desde muy temprano siempre priorizó un cierto optimismo en la vida junto con un sentido de responsabilidad social para confrontar y aprender sobre el pasado con el fin de mejorar el presente. Esto permite comprender mejor nuestras diferencias, lo que a su vez nos permite construir relaciones positivas y duraderas. Me enseñé a mí mismo que, si bien la búsqueda de responsabilidades es importante, no lo es menos pensar en las acciones que nos ayudarán a construir sociedades mejores. La prevención es, pues, para mí, el mejor contexto para conectar el pasado, el presente y el futuro. Me permite combinar mi formación jurídica con mi interés por la promoción de los derechos humanos. La prevención es dinámica y permite alimentar constantemente los ideales que deseamos ver en nuestras comunidades. Además, trabajar en la prevención del genocidio y las atrocidades masivas nos permite mantener una visión holística que no ignora los factores que impulsan la violencia a gran escala, como la discriminación y la violencia. Al trabajar por la erradicación final de estas causas, estamos previniendo el genocidio. En cierto sentido, estamos transmutando los horrores del pasado en esperanza para el futuro. Nos permite mantenernos alerta porque, ante el menor descuido, la historia puede repetirse.

¿Qué acciones y políticas a largo plazo cree que son las más eficaces para prevenir atrocidades masivas?

Creo que la prevención es un deber, un acuerdo entre los Estados y nuestras comunidades. No es sólo una proclamación o una declaración de buenas intenciones. De hecho, son importantes, pero la prevención requiere que demos un paso más. Requiere un trabajo planificado y sistematizado a diario que se presente a lo largo del tiempo. La educación en derechos humanos y prevención es una de las primeras medidas que deben adoptarse. Debe incorporarse a los programas escolares, así como a la formación regular de los funcionarios públicos, los agentes de policía y los miembros de las fuerzas armadas. Prevenir las atrocidades masivas significa prevenir la espiral de violencia que las precede. Hay muchas fases de transgresiones que contribuyen a las atrocidades masivas. A través de la educación, podemos lograr una comprensión global del significado de la prevención, incluidas las formas y los lugares en los que se manifiesta. En segundo lugar, un diseño que tenga en cuenta instituciones y planes de acción con objetivos definidos permitiría instalar y evaluar, de manera permanente, el trabajo de prevención en nuestros países. Las herramientas conceptuales y las directivas internacionales ayudan en este sentido. Un ejemplo son los mecanismos nacionales de prevención de la tortura, cuyo establecimiento fue posibilitado por el protocolo facultativo de la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas. Avanzar en la institucionalización de la prevención es esencial y en ello han jugado un papel decisivo la Oficina del Asesor Especial para la Prevención del Genocidio, la Red Latinoamericana para la Prevención del Genocidio y Atrocidades Masivas, así como Instituto Auschwitz para la Paz y la Reconciliación.

¿Qué es lo que más le ha enorgullecido de su trabajo con la Red Latinoamericana para la Prevención del Genocidio y Atrocidades Masivas?

La Red Latinoamericana crea un espacio de diálogo y aprendizaje mutuo entre nuestros países, nuestras instituciones, nuestras visiones y posibilidades de acción como servidores o funcionarios públicos. Para llevar a cabo con éxito la prevención, necesitamos dialogar, entender nuestras particularidades, nuestros obstáculos, y ponernos de acuerdo sobre nuestros desafíos compartidos. Es para nuestro beneficio colectivo cuando permitimos que nuestras verdades, mejores prácticas e ideas se compartan y entrelacen. Los seminarios de formación de la Red Latinoamericana nos permiten conocer y comprender mejor la historia de nuestras sociedades y las atrocidades sufridas, a la vez que nos expresamos bajo la libertad que nos permite la Regla de Chatham House. Este proceso de aprendizaje ha sido necesario para profundizar en nuestra implicación. Específicamente, identificar dónde enfocar nuestros esfuerzos nacionales en la alerta de nuestras instituciones, donde las necesidades son siempre mayores que las capacidades existentes. La Red Latinoamericana se construye sobre el conocimiento práctico para promover la solidaridad a través de esfuerzos colaborativos y el intercambio de experiencias brindando asistencia técnica y apoyo a las acciones nacionales o locales bajo su supervisión. Incluso en el caso de mi país, con más de 40 años de experiencia en justicia transicional y un compromiso permanente con la búsqueda de la verdad, la justicia, la reconciliación y la reparación, aún tenemos retos por delante. Esto no es muy diferente a los demás países miembros de la Red. El conocimiento avanzado nos permite avanzar con paso firme. El trabajo en prevención requiere que reconozcamos nuestro papel y las nuevas posibilidades en el contexto de la historia de nuestros respectivos países. Ha sido especialmente motivador encontrar, en las reuniones de la Red Latinoamericana, a representantes de las más diversas instituciones compartiendo estos ideales. Es decir, compartiendo la motivación de desarrollar y discutir acciones y métodos concretos con los cuales podamos motivar a nuestras nuevas instituciones a formar parte de este trabajo. En mi país, el Ministro de Relaciones Exteriores es el punto focal de la Red Latinoamericana y estamos muy orgullosos de los Carabineros de Chile, nuestra fuerza policial. Aceptaron nuestra invitación a participar en las actividades de la Red en sus inicios. Esto ha contribuido a nuestro objetivo de formación continua, ha fortalecido su sinergia con las instituciones de derechos humanos de nuestro país y ha permitido compartir estos objetivos con la Red. También nos sentimos muy felices de que, en mayo pasado, se haya realizado en Santiago de Chile la culminación del segundo ciclo del Seminario de Capacitación Raphael Lemkin para la Red Latinoamericana. Ello nos permitió compartir con nuestros miembros no sólo la experiencia de nuestro país en la reexaminación de nuestro dolor por las violaciones a los derechos humanos del pasado, sino también nuestros logros y nuestras esperanzas para el futuro. Estamos muy agradecidos por la invaluable colaboración del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, así como del Parque por la Paz en la Villa Grimaldi por la oportunidad de realizar visitas guiadas que resaltaron el "poder del lugar" que contienen y permitieron una mejor comprensión de la historia de mi país. Estas experiencias nos permitieron seguir avanzando y ampliar el alcance de los esfuerzos de la Red.

¿Qué consejo le daría a un nuevo funcionario que acaba de entrar en el campo de la prevención del genocidio?

Pueden existir muchas motivaciones que impulsen a interesarse por el campo de la prevención del genocidio. Todas ellas merecen la pena y nos orientan hacia la búsqueda de acciones más adecuadas para promover e implementar en el día a día dentro de nuestros respectivos ámbitos profesionales. Es importante conocer la historia del genocidio, para abordarla de la manera más fiel posible y sin prejuicios. En este sentido, visitar los diferentes lugares de memoria de mi país y hablar con los funcionarios y sus colaboradores ha sido muy importante. Igualmente, visitar los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau me ha conmovido profundamente. La experiencia de enfrentarnos a las peores atrocidades de la humanidad nos ha movilizado. Nos permite comprender que, más allá de los orígenes de las deplorables atrocidades que tuvieron lugar, siempre existe la posibilidad de que la historia se repita, a menos que seamos conscientes de que es nuestra responsabilidad evitar que vuelva a ocurrir. Para mí, esto ha sido fundamental: reconocer que tenemos una responsabilidad vital para evitar nuevas atrocidades, para mantenernos alerta, para contribuir a la creación de una conciencia y una capacidad adecuadas y suficientes. No debemos quedarnos en la contemplación o la indiferencia, sino ser parte de la acción. Para ello, debemos dedicar esfuerzos concretos y permanentes. Cada uno de estos esfuerzos, por insignificantes que parezcan, son acciones que tienen un efecto multiplicador. La prevención es una empresa dinámica que debe llevarse a cabo a diario. Debe ser compartida por cada uno de nosotros. Agradezco esta entrevista que, al pedirme que comparta mis motivaciones, me ha inyectado energías renovadas para seguir trabajando en la prevención de genocidios y atrocidades masivas. Es nuestra responsabilidad evitar que la historia se repita.

¿Cuáles son las razones que le han llevado a trabajar en el campo de la prevención del genocidio y atrocidades masivas?

Me desempeño como Jefe del Departamento del Sistema Universal en la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, desde el año 2012. Sin embargo, mi motivación por los derechos humanos me ha guiado durante toda mi vida. Nací y crecí bajo la dictadura cívico-militar que conmocionó a mi país. Mi familia, como muchas, sufrió los efectos de la represión y la arbitrariedad. En la educación que recibí, desde muy temprano, primó una mirada optimista de la vida, con responsabilidad social, alentando enfrentar y aprender del pasado para mejorar el presente, fomentando una mayor comprensión de nuestras diferencias para construir relaciones duraderas. Se me enseñó que la persecución de responsabilidades es importante, pero que es igualmente importante pensar en las acciones que nos ayuden a construir mejores sociedades.

La prevención es para mí, entonces, el mejor espacio para conectar pasado, presente y futuro. Para hacer converger mi formación de abogado con mi interés en lograr avances en derechos humanos. La prevención es dinámica y permite alimentar constantemente estos ideales sobre aquello que anhelamos para nuestras comunidades. Trabajar en la prevención del genocidio y atrocidades masivas permite, además, mantener una mirada holística para no desatender los factores que la alimentan, tales como la discriminación y la violencia. Trabajando en su erradicación y combate, estamos haciendo prevención del genocidio. Transmutamos los horrores del pasado convirtiéndolos en esperanza activa. Nos permite mantenernos alerta, porque ante el menor descuido la historia puede repetirse.

¿Cuál cree que son las acciones y políticas más eficaces a largo plazo en la prevención de atrocidades masivas?

Mi convicción es que la prevención es un deber, un compromiso de los Estados con sus comunidades. No es solamente una proclamación o una declaración de buenas intenciones. Por cierto, éstas son importantes. Pero la prevención exige un paso más, requiere de un trabajo cotidiano, planificado y sistematizado, que se proyecte en el tiempo. La educación sobre derechos humanos y prevención es una de las primeras medidas que se deben adoptar. Se requiere su incorporación en los currículos escolares así como en las capacitaciones regulares de funcionarios públicos, fuerzas armadas y policías. Prevenir atrocidades masivas significa prevenir la espiral de violencia que le antecede. Son muchas las etapas de vulneración las que conducen a un fenómeno de atrocidad masiva. Mediante la educación se puede lograr una comprensión global del significado de la prevención, de sus métodos y diferentes espacios de incidencia.

En segundo lugar, un diseño que contemple instituciones y planes de acción con objetivos definidos, permite instalar y evaluar de modo permanente el trabajo de prevención al interior de nuestros países. Instrumentos y directrices internacionales ayudan en este sentido. Un ejemplo son los mecanismos nacionales de prevención de tortura, cuyo establecimiento se dispone por el Protocolo Facultativo a la Convención Internacional contra la Tortura. Avanzar en la institucionalización de la prevención de las atrocidades masivas resulta indispensable. La labor de la Oficina del Asesor Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio, de la Red Latinoamericana para la Prevención del Genocidio y Atrocidades Masivas, así como del Instituto Auschwitz para la Paz y Reconciliación, cumplen un rol determinante para lograr dicha institucionalización.

¿Qué es lo que le hace sentirse más orgulloso de su trabajo con la Red Latinoamericana para la prevención del genocidio y atrocidades masivas?

La Red Latinoamericana posibilita un espacio de diálogo y de mutuo aprendizaje entre nuestros países, nuestras instituciones, nuestras visiones, y nos da posibilidades de acción como funcionarios o servidores públicos. Para realizar prevención necesitamos dialogar, comprender nuestras particularidades, nuestros obstáculos y ponernos de acuerdo sobre nuestros desafíos comunes. Nos enriquece a todos compartir nuestros aciertos y buenas prácticas, e intercambiar ideas. Los seminarios de capacitación de la Red Latinoamericana nos permiten conocer y comprender mejor la historia de nuestras sociedades y las atrocidades sufridas y expresadas con la libertad de la Chatham House Rule. Este aprendizaje ha sido necesario para profundizar nuestro involucramiento, identificando cómo avanzar en nuestros países al alero de nuestras instituciones, dónde las necesidades son siempre mayores que las capacidades existentes.

De este modo, la Red Latinoamericana se construye desde el conocimiento para dirigirse a la solidaridad del trabajo conjunto, al intercambio de experiencias y de asistencia técnica, y al apoyo de las acciones nacionales o locales bajo su alero. En el caso de mi país, con más de 40 años de experiencia en materia de justicia transicional por las violaciones de derechos humanos del pasado y un compromiso permanente por la búsqueda de la verdad, la justicia, la reconciliación y la reparación, aún tenemos desafíos pendientes, los cuales no son muy distintos a los de otros países miembros de la Red.

Comprender lo anterior nos permite avanzar asertivamente. El trabajo en prevención requiere que reconozcamos nuestro rol y nuestras posibilidades, en el contexto de la historia de nuestros países. Ha sido especialmente motivante encontrar en las reuniones de la Red a representantes de las más diversas instituciones compartiendo estos ideales, conociendo las acciones concretas que se desarrollan y conversando de cómo podemos motivar a nuevas instituciones a formar parte de este trabajo. En mi país, el Ministerio de Relaciones Exteriores es el punto focal ante la Red y nos sentimos orgullosos de que Carabineros de Chile, la policía de seguridad y orden, haya aceptado nuestra invitación a participar de los trabajos de la Red desde sus inicios, lo que ha contribuido a sus objetivos de formación continua, ha fortalecido su sinergia con las instituciones de nuestro país abocadas a los derechos humanos y permite hoy compartir con la Red estos logros.

También nos tiene muy contentos que se haya realizado en Santiago de Chile, en mayo pasado, la versión latinoamericana del segundo seminario de la Red. Nos permitió compartir con sus miembros la experiencia de nuestro país recorriendo nuestros dolores por las violaciones de derechos humanos del pasado, pero también nuestras esperanzas y logros. Estamos muy agradecidos por la inestimable colaboración del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, y de la Fundación Parque por la Paz Villa Grimaldi en la realización de las visitas guiadas que permiten comprender mejor el poder de dichos lugares y la historia de mi país. Esta experiencia nos permite seguir avanzando y ampliando los ámbitos de trabajo de la Red.

¿Qué consejo le daría a un nuevo oficial del gobierno que viene entrando al campo de la prevención del genocidio?

Para acercarse al campo de la prevención del genocidio pueden existir muchas motivaciones. Todas estas son valiosas y nos orientarán en la búsqueda de las acciones más adecuadas que podamos promover e implementar en nuestros respectivos ámbitos de trabajo, en nuestra vida cotidiana. Es importante conocer la historia, aproximarse lo más fielmente a ésta de modo libre y no prejuiciado. Ha sido muy importante para mí visitar los diferentes lugares y sitios de memoria de mi país, conversar con sus funcionarios, sus familiares y asociaciones.

Igualmente, me removió profundamente visitar lo que fueron los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau. Enfrentarse a las peores atrocidades de la humanidad nos moviliza. Nos permite comprender que, más allá de las razones que pueden estar en el origen de las deplorables atrocidades acontecidas, existe siempre la posibilidad de que la historia pueda repetirse. Salvo que seamos conscientes de que es nuestra responsabilidad evitar su reproducción. Para mí esto ha sido fundamental.

Reconocer que tenemos una vital responsabilidad para evitar nuevas atrocidades, para mantenernos alertas, para contribuir a generar conciencia y capacidades adecuadas. No permanecer en la contemplación o indiferencia, sino ser parte de la acción. Para ello necesitamos dedicar esfuerzos concretos y permanentes. Cada uno de estos esfuerzos, por insignificante que parezca, son acciones que tienen un efecto multiplicador. La prevención es una tarea dinámica, cotidiana y que debe ser compartida por cada uno de nosotros.

Agradezco esta entrevista que, al pedirme compartir mis motivaciones, me inyecta también renovadas energías para continuar trabajando en la prevención del genocidio y atrocidades masivas. Es nuestra responsabilidad evitar que la historia se repita.