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May 24, 2023

AIPG Co-organizes Global Summit to Support Nyayo House Memorialization Efforts

On June 16, the Auschwitz Institute, in partnership with the [Center for Memory and Development in Kenya](https://www.sitesofconscience.org/en/membership/centre-for-memory-and-development-kenya/), organized a Global Summit to support the transformation, restoration, and rehabilitation of the Nyayo House — a government building in Nairobi often referred to as Nyayo House Torture Chambers — into an official site of memory. The Global Summit brought together Nyayo House survivors and their families, leaders from the Center for Memory and Development, Kenyan activists, and officials from the Government of Kenya, alongside representatives from the United Nations. Experts representing several of the most symbolic sites of memory from countries around the world also participated in the discussions. These experts explored the necessity and power of public memorialization as a tool for education and atrocity prevention, as well as a vital process for transitional justice and reconciliation. The Nyayo House Torture Chambers were created by the Kenyan state in the early 1980s in the basement of a 26-story government building. During the regime of President Daniel Arap Moi, thousands of activists and dissidents were imprisoned without charge in the underground cells. They were taken for interrogation in the middle of the night — to be tortured, dehumanized, and even murdered — as part of Moi’s efforts to consolidate and entrench his power after an attempted coup against him in August 1982. Since 2003, the Nyayo House Torture Chambers survivors and their families have been fighting to preserve and transform the grounds into a national site of memorialization. Doing so would fulfill promises made by the Kenyan government, as well as official recommendations made by Kenya's Truth, Justice, and Reconciliation Commission (TJRC). Former President Moi, who passed away last year, never addressed accusations of human rights abuses under his regime and refused to engage with the nation's TJRC. In this context, the conversion of Nyayo House into a memorial space would also allow Kenyans to recognize, remember, and dignify the victims' memory while educating new generations to prevent future atrocities. Mr. Oduor Ongwen, who was imprisoned and tortured in Nyayo House for 16 days, reaffirmed the importance of spaces dedicated to the defense of human rights, stating: > The most important lesson we get here is that history can never be told by the oppressor. When in 2003 we came to reclaim Nyayo House, the new regime promised us these chambers would be turned into a monument of shame and a museum of our history of the struggles for human rights, [...] to make (Kenya) a better place where we can say never again, never again we would have another Nyayo House in any corner of this country. He continued: > We are now 20 years down the line, and we are still struggling to open these chambers. We thought we would be able to create some center of memory and also of inspiration for the younger generation to be able to stand up to defend human rights and freedoms in this country. So for me, it is an inspiration. It is a call to struggle more, to remind ourselves that what we have been struggling for has not been achieved. And therefore, we need more than ever before to come together and say we will not allow this thing to happen again in our history. Wangú Gathitú Ongwen, whose late husband was detained and tortured in Nyayo House for a period of three weeks, spoke about the struggles borne by survivors and their families after having been ostracized and rejected by a fearful society as a result of stigmatization. Mrs. Ongwen also echoed the urgency of preserving the site as part of their history and the importance of memorialization for future generations: > Generations will come, and generations will go, and in the future, we can suppose that a leader will come who does not know anything about the history of what happened... they are very likely to resort to the same style of trying to protect what they have. In the future, should there be a chance that it happens again, then it must never be left to the leaders to actualize the idea of using the torture chambers to repress their opponents. So this site should be accessible to the public so that they are conscious so that they are constantly activated and reminded that things like torture should not happen. In addition to survivors and their family members, the Global Summit featured representatives from key sites of memory in Argentina, Cambodia, Canada, Chile, Germany, Poland, Rwanda, South Africa, and the United States. These experts shared their own experiences, and those of their institutions, related to the work of memorialization and affirmed their support for, and solidarity with, the Center for Memory and Development's work. Jacqueline Mutere, Founder and Director of Grace Agenda, concluded by emphasizing the value of this type of collaboration and discussion. She remarked that: > The most important thing for us is to keep the memories alive because honest discussions start from a free society. We hope that the Nyayo House, together with all the solidarity and commitment you have shown us, will help us to achieve for future generations. To view a recording of the event, please [click here](https://www.youtube.com/watch?v=wyhoztqXexw).

El 16 de junio, el Instituto Auschwitz, en colaboración con el Centro para la Memoria y el Desarrollo de Kenia, organizó una cumbre mundial en apoyo a los esfuerzos para transformar, restaurar y rehabilitar las Cámaras de Tortura de la Casa Nyayo, un edificio gubernamental en el centro de Nairobi, en un Monumento Conmemorativo. La Cumbre Mundial reunió a sobrevivientes de la Casa Nyayo y a sus familias, así como a activistas kenianos/as, a funcionarios/as del Gobierno de Kenia y a representantes de las Naciones Unidas. También participaron representantes de algunos de los memoriales más simbólicos del mundo, con el fin de explorar la necesidad y el poder de la conmemoración pública como herramienta para la educación, la prevención de futuras atrocidades y como proceso vital para la justicia transicional y la reconciliación.

Las celdas y cámaras de tortura de la Casa Nyayo  fueron construidas clandestinamente por el Estado Keniano  a principios de la década de 1980, en el sótano de un edificio gubernamental de 26 plantas. Durante el régimen del presidente Daniel Arap Moi, cientos de activistas y disidentes fueron encarcelados injustamente  sin cargos en las celdas subterráneas, algunas de las cuales estaban  llenas de agua. Además, los/as prisioneros eran llevados a mitad de la noche para ser interrogados, torturados y deshumanizados, e incluso asesinados. Esto como parte de los esfuerzos de Moi por consolidar y afianzar su poder tras un intento de golpe de Estado en su contra en agosto de 1982.

Desde el 2003 los/as sobrevivientes de las Cámaras de Tortura de la Casa Nyayo y sus familias luchan por preservar y transformar el recinto en un monumento nacional de conmemoración. Con esto se cumplirían las promesas del gobierno keniano, así como las recomendaciones oficiales de la Comisión de la Verdad, la Justicia y la Reconciliación de Kenia (TJRC, por sus siglas en inglés). El expresidente Moi, fallecido el año pasado, nunca enfrentó las acusaciones de abusos contra los  derechos humanos que pesaban sobre él  y siempre se negó a colaborar con la TJRC. En este contexto, un espacio conmemorativo permitiría a los/as kenianos/as reconocer, recordar y dignificar la memoria de las víctimas, así como educar a las nuevas generaciones en la prevención de futuras atrocidades.

El Sr. Oduor Ongwen, quien fue encarcelado y torturado en la Casa Nyayo durante 16 días, reafirmó la importancia de los espacios dedicados a la lucha por los derechos humanos, y compartió:

La lección más importante que recibimos aquí es que la historia nunca puede ser contada por el opresor. Cuando en 2003 quisimos reclamar las Cámaras de Tortura de la Casa Nyayo, el gobierno de ese entonces nos prometió que las cámaras se convertirían  en un monumento a la vergüenza y en un museo de nuestra historia y nuestra lucha por los derechos humanos. […] para hacer (de Kenia) un lugar mejor en el que podremos decir nunca más, nunca más tendremos otra Casa Nyayo en ningún rincón de este país.

Continuó:

Llevamos 20 años y seguimos luchando por abrir estas cámaras. Pensamos que podríamos crear algún centro de memoria y también de inspiración para que las generaciones más jóvenes puedan continuar defendiendo los derechos humanos y las libertades en este país. Así que para mí es una inspiración. Es una llamada a luchar más, a recordarnos que por lo que hemos estado luchando no se ha conseguido. Y, por tanto, necesitamos más que nunca unirnos y decir que no permitiremos que esto vuelva a ocurrir en nuestra historia.

Por su parte, Wangú Gathitú Ongwen, cuyo difunto esposo fue detenido y torturado en las cámaras de tortura de Casa Nyayo durante tres semanas, habló sobre las dificultades de adaptación por las que pasan los/as sobrevivientes y sus familias, ya que muchos sufrieron ostracismo al ser rechazados por una sociedad temerosa a causa de la estigmatización. La Sra. Ongwen también enfatizó la urgencia de preservar este sitio como parte de la historia de Kenia, para prevenir futuros actos de violencia y de la importancia de la conmemoración para las nuevas generaciones, afirmando que:

Las generaciones vendrán, y las generaciones se irán, y en el futuro, podemos suponer que vendrá un líder que no sepa nada de la historia de lo que pasó… es muy probable que recurran al mismo método para intentar proteger lo que tienen. En el futuro, si existe la posibilidad de que vuelva a ocurrir, no se debe permitir  que los dirigentes vuelvan a utilizar las cámaras de tortura para reprimir a sus opositores. Por eso, este sitio debe ser accesible al público para que se le recuerde que cosas como la tortura no deben ocurrir.

Además de los/as sobrevivientes y sus familiares, la Cumbre Mundial contó con representantes de los principales lugares de memoria en Argentina, Camboya, Canadá, Chile, Alemania, Polonia, Ruanda, Sudáfrica y Estados Unidos. Estos/as expertos/as compartieron sus propias experiencias, y las de sus instituciones, en materia de conmemoración  y reafirmaron su solidaridad con el trabajo del Centro para la Memoria y el Desarrollo de Kenia.

Jacqueline Mutere, fundadora y directora de Grace Agenda, concluyó agradeciendo el apoyo y destacó el valor de este tipo de colaboraciones y debates. Y señaló que:

Lo más importante para nosotros es mantener viva la memoria, porque los debates honestos parten de una sociedad libre. Esperamos que la Casa Nyayo, junto con toda la solidaridad y el compromiso que nos han demostrado nuestros/as compañeros/as nos ayude a conseguir nuestro objetivo para las generaciones futuras.

Para ver el video del evento visite este enlace.

Sheri P. Rosenberg

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