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Protagonistas en la prevención

Roba D. Sharamo

Dr. Roba D. Sharamo currently serves as Commissioner of the National Cohesion and Integration Commission of the Republic of Kenya and a Member of the country's National Committee for the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide, War Crimes, Crimes Against Humanity and All Forms of Discrimination. Dr. Sharamo is a frequent participant in events organized by AIPR's Africa Programs, including seminars and training workshops in Kampala, Uganda and Dar es Salaam, Tanzania. He is also working to spearhead the development of a strategy paper for the Network of National Committees for Genocide Prevention in the Great Lakes Region.

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Entrevista

¿Qué acciones y/o políticas le parecen más eficaces para prevenir a largo plazo las atrocidades masivas?

En mi opinión, las principales acciones y/o políticas que garantizan la prevención a largo plazo de las atrocidades masivas son una gobernanza buena e integradora, así como la adhesión al Estado de Derecho. También son muy eficaces las iniciativas de prevención de conflictos y consolidación de la paz que abordan de forma proactiva la violencia y los factores estructurales de los conflictos y mantienen la cohesión social a nivel comunitario y nacional. Además, las políticas centradas en el desarrollo sostenible, la capacitación económica de las poblaciones vulnerables, el alivio del sufrimiento humano (como la reducción de la pobreza), así como la alerta y la respuesta tempranas, son imperativos críticos para construir una sociedad libre de violencia. Por lo tanto, las inversiones políticas estratégicas diseñadas para impulsar la coexistencia intercomunitaria y la prevención de conflictos dentro de una frontera nacional determinada deberían ser una prioridad para cualquier gobierno, especialmente en el continente africano, que sigue soportando el peso de una violencia política incesante y atroz y de guerras civiles prolongadas.

¿Qué consejo le daría a un funcionario que acaba de entrar en el campo de la prevención?

Dar prioridad, fomentar y desarrollar las capacidades locales y nacionales en materia de prevención, ya que resulta más barato y eficaz que la reconstrucción post-conflicto. Es importante cultivar la voluntad política y, lo que es más importante, incluir a los actores estatales y no estatales, así como a los grupos de la sociedad civil, en las iniciativas de alerta temprana, prevención y respuesta temprana para mitigar eficazmente cualquier amenaza a la paz. Más allá de los sistemas de inteligencia dirigidos por el Estado, es imperativo establecer sistemas de alerta temprana y respuesta que impliquen la participación de actores estatales, no estatales y comunidades para mitigar eficazmente los conflictos violentos. También aconsejaría que el desarrollo de capacidades, la creación de redes institucionales y la coordinación a todos los niveles son esenciales para crear asociaciones eficaces para la prevención de conflictos.

¿Por qué se dedica tanto a la prevención de genocidios y atrocidades masivas?

Mi dedicación a este campo se debe a muchos factores y experiencias vitales. Crecí en el norte de Kenia, una región que, incluso desde la época precolonial, soportó el peso de la mortífera violencia intercomunitaria y más tarde sufrió los efectos de la marginación económica y la represión estatal. Como pertenezco a la comunidad nómada gabra, que se extiende por el Cuerno de África desde Kenia hasta Somalia, pasando por Etiopía, desde mi más tierna infancia he oído cientos de historias de masacres étnicas, odio, enfrentamientos y montones de recuerdos colectivos de generaciones y medios de vida perdidos a causa de una violencia tribal sin sentido. De hecho, al crecer pastoreando cabras y camellos en las a menudo duras llanuras del norte de Kenia, las imágenes de las comunidades vecinas como enemigas estaban fuertemente arraigadas en nuestro ADN. Crecí queriendo ser un guerrero, para defender el territorio de mi comunidad de los vecinos beligerantes. Sin embargo, la sabia decisión de mis padres de llevarme a la escuela en 1981 cambió el destino de mi vida: de guerrero en potencia a erudito y profesional en el campo de las relaciones internacionales, la diplomacia y la prevención de conflictos. ¿Qué me formó? Mis padres nos inculcaron la importancia del valor de las vidas humanas, la coexistencia y la diplomacia, así como la prevención y la mediación para afrontar situaciones de conflicto. Los logros de mi padre como Askari colonial (término swahili para referirse a un soldado) y su labor de vigilancia y mantenimiento de la paz entre comunidades pastorales enfrentadas del norte de Kenia le valieron una medalla de plata del Rey Jorge VI del Reino Unido. Se le concedió este prestigioso honor por evitar la violencia mortal entre su propia comunidad, los gabra, y los dassenatch, a orillas del lago Turkana. Su medalla -que, en su lecho de muerte, pidió a mi hermano mayor que me entregara (yo estaba en Estados Unidos cuando él falleció en 2002)- es un recordatorio constante de mi dedicación a la adhesión a enfoques diplomáticos para la resolución de problemas, el diálogo constructivo, la prevención de la violencia y la búsqueda de la justicia social. Esa temprana influencia me condujo a la búsqueda de una carrera que trabaje para lograr la paz entre naciones y comunidades en torno a cuestiones divisorias -ya sean territorios, política, agua o pastos- a través del diálogo. El viaje para adquirir los conocimientos y aptitudes necesarios para ello me llevó a cursar Estudios Medioambientales en Kenia y, más tarde, Desarrollo Internacional Sostenible, así como Análisis y Resolución de Conflictos en universidades de primer orden -Brandeis y George Mason- en Estados Unidos. Contemporáneamente, además del dolor de las matanzas sin sentido en el norte de Kenia, las matanzas y los desplazamientos sociales tras el colapso de Somalia en 1991, el genocidio de 1994 en Ruanda y la violencia postelectoral de 2007/08 en Kenia, así como el compromiso con la prevención y con decir "Nunca más" a tales atrocidades contra la humanidad son mis mayores motivaciones para trabajar en el campo de la cohesión social y la reconciliación intercomunitaria. Estos acontecimientos inspiraron mis estudios académicos y mi práctica en la prevención de conflictos, la mediación y la negociación.

¿Quién o qué le motiva e inspira en su trabajo?

Mis principales motivaciones son el deseo de paz y seguridad mundiales y la erradicación de la violencia, así como la mejora de las capacidades nacionales y mundiales para hacer lo mismo. En concreto, me motiva la creencia de que, como seres humanos, podemos hacer mejor para mantener sagradas las vidas humanas, proteger a las personas vulnerables dentro de nuestra sociedad y dialogar sobre cualquier cuestión polémica que divida a comunidades y naciones. Me inspiran además la resistencia y la fuerza del espíritu humano para recuperarse de las peores formas de atrocidades y el deseo de cambio. Me inspiran figuras históricas como Nelson Mandela, Martin Luther King Jr. y Folke Bernadotte, así como muchos pacificadores y diplomáticos mundiales que mediaron en conflictos violentos, aplicaron la diplomacia a situaciones difíciles y, lo que es más importante, defendieron la justicia social y renunciaron al impulso de seguir sentimientos de venganza, sino que persiguieron una vida de decidida reconciliación. Muchos han perdido la vida intentando mediar en conflictos violentos. Esos sacrificios desinteresados me inspiran. Actualmente, como Comisario de la Comisión Nacional de Cohesión e Integración de la República de Kenia (nombramiento presidencial) y miembro del Comité Nacional de Kenia para la Prevención del Genocidio y las Atrocidades Masivas, estoy profundamente comprometido con los ideales de una Kenia pacífica, cohesionada e integrada, así como con la paz y la estabilidad en las regiones de los Grandes Lagos y el Cuerno de África. Creo firmemente que la paz, la seguridad y el desarrollo deben coexistir para que África se levante y se eleve. Y que éste debe ser nuestro objetivo absoluto.